sábado, 25 de noviembre de 2006

El mito del Vellocino de Oro

Había una vez una joven virgen llamada Medea, hija del rey Aetes.

Jasón, el líder de los argonautas, y extranjero, acudió al reino de Aetes a buscar el Vellocino de Oro. El Vellocino de Oro era un tesoro custodiado por un dragón.

Ambos, Jasón y Medea, se enamoraron. No obstante, el rey Aetes le negó el tesoro a Jasón, e incluso pensó en matarlo, aunque, al ver a su hija el brillo del amor en sus ojos, prometió ceder el vellocino a cambio de que Jasón superase dos pruebas de valentía.

La primera prueba consistía en que Jasón subyugara a dos enormes toros que respoplaban fuego por sus fauces. La segunda prueba consistía en arar un campo y sembrar en el mismo dientes de dragón, de los que nacerían gigantes armados que luego Jasón debía matar.

Medea se desesperó ante las pruebas que su padre impuso a Jasón, porque se temía lo peor. Amaba a un hombre, pero si lo ayudaba traicionaría a su padre y a su pueblo. Jasón le prometió hacerla su esposa y llevarla a Grecia. Entonces fue cuando Medea decidió proteger a Jasón mediante una poción mágica, que lo hizo invulnerable al fuego y al hierro. He aquí una muestra de que la magia estaba presente ya en la antigua Grecia.

Pero bueno... ahora no os voy a dejar sin conocer el final de la historia. Jasón consiguió superar las dos pruebas, y a pesar de ello, Aetes no le cedió el Vellocino de Oro.

Entonces Medea le ayudó a conseguirlo, arrullando al dragón que protegía el Vellocino de Oro y permitiendo a Jasón conseguirlo. Aetes se enfureció y persiguió a Medea y a Jasón , que se refugiaron en Argo y en donde fueron felices. Y así se acaba la historia.